Ya se acaba este curso sobre el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Mes y medio, (seis semanas en concreto) aprendiendo y, sobre todo, reflexionando sobre este trastorno.
He de decir que lo que más me llamó la atención desde un principio, pues no tenía idea de que esto ocurriera, fue las dudas y controversia que suscita su diagnóstico. Fue una, desde mi punto de vista, desagradable sorpresa, encontrarse con los artículos que ponen en duda la existencia del trastorno. Es cierto que una de las críticas que más he oído desde que trabajo como PT es la del sobrediagnóstico del trastorno, y es cierto que la herramienta que más utilizamos para realizarlo (DSM IV TR) puede dar lugar a interpretaciones subjetivas del mismo, pero el desarrollo del curso ha terminado de despejar las pocas dudas que tenía con respecto a la existencia del trastorno. Ha sido, a mi entender, uno de los puntos más interesantes de los que hemos tratado. Y el desarrollo de las actividades creo que sustenta mi opinión, pues este ha sido uno de los temas que más se ha comentado en las actividades de debate, y que más comentarios ha suscitado.
El curso me ha permitido, además de realizar una reflexión sobre la práctica educativa con estos alumnos, sistematizar la misma. El mapa de empatía, una técnica que ya conocía pero que realmente no había utilizado nunca con estos alumnos, me parece un potente punto de partida para el trabajo con ellos, la parte quizás más importante a la hora de diseñar nuestro trabajo.
La parte que más me ha costado realizar de este curso, ha sido el aprendizaje de algunas de las herramientas informáticas que hemos utilizado. Nunca había abierto un blog, Diigo, ha resultado una herramienta muy útil, y la curva de aprendizaje de las dos ha resultado un poco empinada. Como decía en mi presentación, soy más de destripar la máquina y volverla a montar. Utilizo relativamente pocos programas y herramientas de software, por lo que mi manera de hacer las cosas con el ordenador está muy automatizada y me cuesta salirme de mi rutina con él. De todas maneras, cuando aprendo a utilizar un programa nuevo generalmente lo incorporo con rapidez a mi caja de herramientas. Estas dos utilidades creo que pronto podré utilizarlas a pleno rendimiento.
En resumen, estoy más que satisfecho con el curso: me ha permitido organizar las ideas sobre el trastorno que andaban un poco revueltas, y he aprendido a estructurar la actuación con ellos. He descubierto herramientas nuevas y útiles, no solo para el trabajo con los TDAH, sino para mi trabajo como docente en general, y me ha sorprendido la controversia existente con el trastorno, afianzando mi postura frente al mismo.
En fin, esto solo es el principio. Hay que , a partir de ahora, seguir atentamente el desarrollo de las investigaciones en el trastorno, a la espera que estas despejen las dudas existen sobre el mismo, e intentar mejorar con ello nuestro trabajo. Seguiremos pues en la brecha...
El curso me ha permitido, además de realizar una reflexión sobre la práctica educativa con estos alumnos, sistematizar la misma. El mapa de empatía, una técnica que ya conocía pero que realmente no había utilizado nunca con estos alumnos, me parece un potente punto de partida para el trabajo con ellos, la parte quizás más importante a la hora de diseñar nuestro trabajo.
La parte que más me ha costado realizar de este curso, ha sido el aprendizaje de algunas de las herramientas informáticas que hemos utilizado. Nunca había abierto un blog, Diigo, ha resultado una herramienta muy útil, y la curva de aprendizaje de las dos ha resultado un poco empinada. Como decía en mi presentación, soy más de destripar la máquina y volverla a montar. Utilizo relativamente pocos programas y herramientas de software, por lo que mi manera de hacer las cosas con el ordenador está muy automatizada y me cuesta salirme de mi rutina con él. De todas maneras, cuando aprendo a utilizar un programa nuevo generalmente lo incorporo con rapidez a mi caja de herramientas. Estas dos utilidades creo que pronto podré utilizarlas a pleno rendimiento.
En resumen, estoy más que satisfecho con el curso: me ha permitido organizar las ideas sobre el trastorno que andaban un poco revueltas, y he aprendido a estructurar la actuación con ellos. He descubierto herramientas nuevas y útiles, no solo para el trabajo con los TDAH, sino para mi trabajo como docente en general, y me ha sorprendido la controversia existente con el trastorno, afianzando mi postura frente al mismo.
En fin, esto solo es el principio. Hay que , a partir de ahora, seguir atentamente el desarrollo de las investigaciones en el trastorno, a la espera que estas despejen las dudas existen sobre el mismo, e intentar mejorar con ello nuestro trabajo. Seguiremos pues en la brecha...
